Tres por una
Sudamericana
Con esta novela, Ema Wolf obtuvo el Primer Premio Nacional de Literatura Infantil, producción 1994-1997.
“Me preocupa esa costumbre de Fernández, (así comienza la historia), de dormir en el filo de las alturas.” Fernández, es el personaje, se podría decir que, a pesar de que no participa activamente, es el núcleo del texto, ya que el relato gira en torno a él.
La historia está focalizada a través de la conciencia de un protagonista, se encuentra en primera persona. Es la dueña de Fernández, la niña narradora de esta historia quien explica lo que ella piensa o ve. El narrador es quien ejerce el acto de contar, es la conciencia del relato: “Muy angustiada lo puse sobre una bandeja y corrí a lo de mi tío Calixto, que es enfermero diplomado y nos arregla todo.”; “Naturalmente yo hubiera querido llegar con un Fernández emocionado; no me dio esa satisfacción; él se lo pierde.” Desde este punto de vista, el lector no sabe qué piensa Fernández, entonces los acontecimientos de la narración pueden sorprender al lector.
Cuando la niña narra las historias a Fernández lo realiza en 3° persona, siendo una narradora omnisciente, que posee un saber total sobre lo contado: “Antes de emprender aquel viaje desde su provincia natal le cruzó una preocupación por la cabeza: tuvo miedo de no reconocer la valija cuando los bultos desfilaran por la cinta transportadora”
El narrador omnisciente generalmente utiliza verbos en pretérito imperfecto que aportan un efecto de inacabado que remite a un tiempo lejano: “Una tarde, mientras tomaba fresco en la terraza, se le antojó comer una papa. Dicen que estaba sentada en la mecedora cuando empezó a hamacarse frenéticamente y a mirarse los pies.”; “El plan, naturalmente, era que Boris ofreciera la papa a la granduquesa. Si pasaba, pasaba.”; “La joven se llamaba Carmela.”; “El profesor Van der Veken se babeaba delante de todos estos prodigios.”
Además, cuando narra en tercera persona, realiza una inserción de un narrador en primera persona: “…vivía la granduquesa Sonia. ¿Qué te puedo decir de esta noble dama?”; “Te digo más: esa noche a la misma hora los dos se asomaron a la ventana y se miraron.”; “Te puedo describir algunos. ¡No, mejor te los dibujo! Acá tengo un lápiz.”
La autora pone en juego la metaficción. Es una estrategia narrativa que muestra los elementos que hacen posible la ficción, trata los temas del arte y los mecanismos de la ficción en sí mismos. Habla de la “cocina de la literatura”, como por ejemplo: “La única solución -me dije- era contarle una historia lo bastante entretenida como para impedirle conciliar el sueño,…”, “Hace mucho tiempo, en un palacio de la Ucrania meridional- las auténticas historias, Fernández, siempre ocurren antes y lejos –vivía la granduquesa Sonia”, “Recuerdo que me asomé a la ventana buscando inspiración.”, “…estaba satisfecha con la historia, aunque debía aprovechar la experiencia para corregir algunas cosas. En primer lugar los tiempos: o había resultado demasiado corta, o la había contado con mucha precipitación. No creo que Fernández se haya dado cuenta, pero algunos tramos los estiré más de lo conveniente sólo para que pasara la hora- eso de irse por las ramas es un riesgo cuando se trata de mantener al oyente despierto -, otros tramos no, los estiré a propósito para crear suspenso porque así se hace.” La narradora revela la inexperiencia con el arte de narrar: "Siempre confié en mis habilidades para contar aunque hasta el momento nunca las había puesto a prueba en circunstancias tan dramáticas". Además, explicita su preocupación por mantener la atención del receptor de su relato: "¿Hasta acá vamos bien? Vamos bien" o "¿Qué tal? ¡No te esperabas esto! Yo tampoco", “no bosteces”.
Este texto permite polisemia de significados porque elide, connota sentidos, el lector repone a partir del propio conocimiento. No tiene ninguna intención, esto quiere decir que no tiene una moraleja, no es literatura ad hoc. Lo estético subsume lo ético.
Además rompe con las convenciones del texto literario
* TIPOGRAFÍA, en el inicio de cada relato la autora juega con este recurso. Ella recrea con las letras las olas del mar que los expedicionarios navegaban para llegar a lugares remotos de la tierra, en la última historia: “Aventuras en los mares del mundo o El fantástico animal australiano.”
Cuando dice “Me preocupa esa costumbre de Fernández…”, esta expresión en una línea curva se asemeja a la cola de Fernández.
· * HIBRIDACIÓN GENÉRICA, porque hay un género dentro de otro género: “Tomo tres de la Sopena. ¿La “p” viene antes o después de la “ese”?...Aquí está: Patata. F. Nombre de un tubérculo- no te rías Fernández -…un tubérculo grueso, redondeado, carnoso, abundante en fécula, …”
· * INTERPELACIÓN AL NARRATARIO, “NO TE DUERMAS, FERNÁNDEZ”, “¿Dónde la puse? No te impacientes, la estoy buscando, ya va a aparecer, no te duermas, no te…Acá está.”, “¿Qué te pasa? ¿Te pasa algo?¡NO, SOBRE LA CAMA NO! ¡Aquí, en la toalla! ¡Ajjj…! ¿Qué comiste, Fernández…? ¡¿Pasto?! ¡¿Otra vez comiste pasto?!”, “Fijate que los europeos actuaban como si todos los animales del planeta les pertenecieran.”
· * ANACROMÍAS TEMPORALES, hay relato enmarcado cuando en el texto incorpora las historias que la narradora le cuenta a Fernández:
o La granduquesa y la papa: la historia de una joven empecinada con una comida;
o Corazones confundidos: un cuento de amor desencontrado, y
o Aventuras en los mares del mundo o El fantástico animal australiano: narra aventuras y descubrimientos en tierras australianas en el siglo XVIII
Emplea, también, catálisis, acciones secundarias que demoran o dilatan la consecución causal del relato y pueden crear suspenso. “Su ropa, ya de por sí mugrosa, iba limpiando los excrementos de murciélagos, bichos bola y arañas que hacían allí sus necesidades. Evidentemente se había colado por motivos oscuros ya que nadie entra a una morgue por el sótano si había sido invitado como corresponde.”; “Cavaron con tanto frenesí que transformaron los campos en muestrario de cráteres; un revoltijo inútil porque nunca se han visto papas a más de dos metros de profundidad. ¡Hubieras visto cómo se pusieron el día que llovió! ¡El trabajo que les llevaría luego emparejar todo aquello! Lo único que consiguieron esta vez fue liquidar todas las madrigueras de vizcachas, que allá son plaga. Además hubo peleas porque al cavar uno tiraba las paladas de tierra sobre la excavación del vecino y el vecino sobre la suya de modo que nunca terminaban el agujero.”
También utiliza metonimias, designan una cosa o idea con el nombre de otra, sirviéndose de alguna relación semántica existente entre ambas. Por ejemplo, “Comerse los últimos ahorros.”
La tapa y contratapa poseen imágenes que pueden ser indicios, detalles que adelantan parte del contenido del relato.
Haciendo un análisis de las ilustraciones de la tapa y contratapa se puede observar que la iluminación, que proviene desde afuera del plano, da la sensación de amplitud, al mismo tiempo que acentúa el relieve. Entonces las imágenes parecieran estar en tres dimensiones.
El amarillo predominante en el extremo izquierdo da luminosidad. Corresponde a una iluminación direccional, porque da la impresión que una fuente luminosa lateral, fuera de campo, ilumina la imagen. La luz intensifica los colores y acentúa el misterio de las sombras. Las sombras de los personajes remiten a, parafraseando a Martine Joly, oscuridad, enigmas por descubrir, alimentan los temores por lo desconocido.
Las imágenes dan sensación de textura, debido a las pinceladas que se observan en la pared, piso.
Al no tener marcos da amplitud. La imagen corresponde a un plano medio amplio, ya que en este tipo de plano, muestra a la persona en su entorno cercano.
Se puede abrir el diálogo permitiendo el intercambio de sentidos a partir de la observación de las imágenes. Como por ejemplo:
¿Por qué hay sombras? ¿Qué hora será?
¿Cuándo? ¿En qué momento transcurre?
¿Dónde estarán?
¿Fuera o dentro de la casa? ¿Por qué? ¿Qué te sugiere esto?
¿Qué hace la chica? ¿Es una nena o una mujer?
¿Cómo te das cuenta?
¿Qué objetos hay? ¿Por qué?
Esta novela es interesante para incorporar a diversas prácticas de lectura literaria con los alumnos ya que es un texto literario que se puede leer en la escuela primaria ya que no está dirigido a un lector determinado, habilita al alumno como lector activo, favorece la plurisignificatividad, o sea que, permite polisemia de significados. Además, porque, muestra al lector, cómo se genera la ficción, brindando claros ejemplos.
Algunas vías o claves de entrada a la lectura de este libro pueden ser:
· Buscar los indicios que presenta la narradora para tener en cuenta al escribir una historia en el Taller de escritura.
· Reconocer las distintas voces que aparecen en el relato o relaciones intertextuales con otras obras o con otros géneros discursivos.
Expresar los efectos que las obras producen en el lector, es una oportunidad para ampliar la propia interpretación con aspectos que otros lectores han tenido en cuenta así como confrontar interpretaciones y comenzar a coordinar lo que cada uno piensa con los datos o indicios que aparecen en el texto.
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